¿Nublado? La primera cosa que veo ya
son unas desesperantes nubes cuya única presencia provoca escozor en
mis ojos. Hermosa forma de empezar el día. Las nubes postreras tras
las ventanas amenazan y parecen bailar el macabro son del viento.
Ha sido un día cansado, como los
otros. Cómo no. Esto ya huele. Se hace monótono.
Deberes vacíos pero llenos de tiempo
perdido. Muchos dirán “Jo, qué razón, estudiar es un ladrillo”
pero para mí no es que sea un ladrillo, todo lo contrario, me
encanta, pero últimamente no saco tiempo para tan gratificante
tarea. Y qué risa el tiempo libre. No he leído una página desde
que empezamos el curso, literalmente. Esperemos que pronto todo siga su cauce NORMAL, no bueno ni malo,
pero mejor seguro, sólo un poquito de normalidad, aunque las nubes
pastosas parecen vigilantes desde arriba por hacernos infelices.
Hoy a primera ha habido sociales, clase
pre-examen, aunque no lo ha parecido, hemos hecho una clase normal, y
como es normal, sin percances.
A segunda tocaba mates, paciencia
señor, aunque hoy por lo menos no ha habido cálculo. Se hace más
divertido con Inge.
A tercera, lengua, como no, a avanzar
la aparentemente interminable descripción. En mi atolondramiento me
pareció que era para hoy . Yo y mis despistes, que, junto con mis
manías y mi impuntualidad son las cosas que harán perder la
paciencia a más de uno de mis compañeros y, espero que no, las delicias de las burlas.
En el recreo ya lo veo todo pixelado,
y maldigo a Seurat, que también se podría haber dedicado a la
agrimensura o a hacer pajaritas de papel, el Seurat, de tanto
hacer puntitos, --------- puntitos, estoy ya hasta las mismísimas
narices de puntitos, para un trabajo de malditos puntitos, ya se
podrían ir a hacer gárgaras los puntitos de plástica. Me cachis en
los puntitos y el puntillismo y en Seurat.
A cuarta en plástica toca seguir
enfrentándose a los puntitos, tras un comentario sin gracia sobre mi
dibujo por parte del profesor, mejor no me emociono, y para colmo el
siguiente tema son las rayitas, que díver, a ver a qué maldito
pintor famoso de la especialidad me toca maldecir ahora.
Ahora francés con “Sandgá”, y
verbos y adjetivos que son lo que estamos haciendo últimamente. No
se me ocurre nada más.
A quinta, perdón a sexta, estaba
alargando las clases para colmo, toca prueba de resistencia, y al
terminar hay que andar cuidadoso para no ir pisando pulmones y
tráqueas desparramados por el suelo.
Ya por fin en casita, con el agradable
pensamiento de que me quedan cuatro horas de conservatorio por
delante, cinco entradas incompletas de diario, los deberes de
matemáticas, inglés y francés, y prepararme dos exámenes. Pero
pese a eso uno sale contento pensando en que ya han acabado las
clases. Ya no hay casi nubes en el cielo.